domingo, 10 de diciembre de 2017

[Reseña] Cartas de Amor a los Muertos - Ava Dellaira.

Después de un siglo entero sin reseñas, hoy al fin me doy el gusto de sentarme a escribir sobre este libro que leí por primera vez en julio del año pasado y sobre el que aún tengo sentimientos encontrados.


Ficha técnica:
Nombre original: Love Letters to the Dead.
Año de publicación: 2014.
Autora: Ava Dellaira.
Editorial: V&R.
Género: Juvenil.
País de origen: Estados Unidos.

Sinopsis

Todo comienza con un trabajo de Lengua: escribirle una carta a alguien que haya muerto. Laurel escoge a Kurt Cobain porque su hermana lo adoraba. Y porque él murió joven, como ella. En poco tiempo tiene un cuaderno lleno de cartas a Judy Garland, Amy Winehouse, Heath Ledger y muchos otros. Sin embargo, no se las entrega a su profesora. Les escribe sobre el comienzo del instituto, sus nuevas amistades, su primer amor y sobre cómo está aprendiendo a vivir ahora que su familia se ha roto.

Y sobre lo que ocurrió cuando su hermana aún estaba viva.

Mi opinión


El libro está narrado de manera epistolar, es decir, en forma de cartas. Estas cartas nacen de un trabajo que a Laurel le asignan en su clase de Literatura el primer día de clases en su nueva escuela. La primera carta está dirigida a Kurt Cobain, vocalista de la banda Nirvana, pero a medida que avanza la historia le escribe a otros personajes famosos entre los que se encuentran Amy Winehouse, Elizabeth Bishop, John Keats y Jim Morrison. La esencia de las cartas es principalmente el devenir de la vida que Laurel lleva desde que su hermana May muriese el año pasado. En ellas, habla sobre lo mucho que la extraña, lo especial que era y lo mucho que desearía poder ser igual a ella, siente que así estaría honrando su memoria. Pero la historia no se centra sólo en Laurel sino que también nos cuenta la vida de sus amigas Natalie y Hannah, que tienen un secreto casi inconfesable, nos habla de Tristan y Kristen, un par de chicos enamorados que Natalie conoce en su clase de arte, de Sky, su primer amor y, por último, de los restos que quedaron de su familia: su padre, su madre y su tía Amy.

Al decir más arriba que tenía sentimientos encontrados me refería a una relación de tipo amor-odio, una sensación que me acompañó a lo largo de las trescientas treinta y siete páginas. Mi principal problema con este libro es el personaje principal: Laurel. Así que hablaremos primero de ella. A pesar de haber cumplido ya los quince años, Laurel parece tener la edad mental de una niña menor de diez. Es egoísta y egocéntrica a ratos y luego se culpa de todo lo malo que sucede en el universo, aunque no esté relacionado con ella. Al principio del libro me parecía que sería un personaje con potencial para crecer, sin embargo (y al igual que sucede en muchos libros juveniles) esto pasa a segundo plano cuando aparece el interés amoroso: Sky. Ella literalmente ve a Sky de lejos y ya sabe que está enamorada de él, que deben ser almas gemelas y otro montón de cosas que me dejaron así: 


Pero no me malinterpreten, yo no tengo nada en contra de Sky, sólo me parece un chico normal y corriente a quien Laurel idealiza incluso antes de saber su nombre. En mi experiencia, eso no es para nada sano (o cuerdo). Además de esto, Laurel pasa las primeras cien páginas creando un enorme misterio acerca de lo que pasó la noche en la que su hermana muere (¿o se suicida?), tanto que puede llegar a ser un poco cansón que dé vueltas y vueltas alrededor del tema que sólo menciona por completo en la página 250, más o menos. Para Laurel, May era lo mejor del mundo, sin embargo las personas a su alrededor evidentemente piensan lo contrario: su maestra de Literatura, su tía Amy, Tristan, Kristen e incluso Sky. Parece que nuestro personaje principal tiene problemas con la idealización.


Bueno, ya pasó la parte en la que me quejo, ahora procede lo que me gustó. La relación de Hannah y Natalie es sin lugar a dudas lo que me gustó, así como la relación de Tristan y Kristen. La forma en la que Sky expresa sus sentimientos sobre su madre, su padre y lo que quisiera ser cuando creciera también me resultó bastante conmovedora. La forma en la que Laurel empieza a retejer su relación con su padre (a quién su madre había abandonado mucho antes de lo de May) y como empieza a ver desde una nueva perspectiva a su tía Amy, con quien vive semana de por medio desde que su madre se mudó a California. 

El libro no es malo pero es que tampoco es exactamente bueno, es más bien una de esas historias que lees fácil y rápido y de vez en cuando sientes la necesidad de releer algunos pasajes porque (y eso se lo concedo a la autora) tiene una que otra frase que te hace poner el libro a un lado, mirar el techo y contemplar toda tu puta existencia. Sin embargo, me pareció que había situaciones en las que Laurel se esforzaba demasiado por parecer interesante y quería sacar metáforas hasta del polvo que había en el aire, lo que resultaba tedioso. Una de las cosas que más se le ha criticado a este libro es su indiscutible parecido con la novela de Stephen Chbosky, Las Ventajas de ser Invisible, sin embargo me parece a mí que la historia de Charlie está mucho mejor construida y los personajes tienen un poco más de trasfondo que los de Cartas de amor a los muertos. 



Me parece a mí que este libro se lo recomendaría a esas personas que quieren una lectura fácil y rápida, nada denso o complicado. Sin embargo, esta es sólo mi opinión y depende de cada uno de ustedes juzgar al libro. Personalmente le doy tres estrellas. Es entrenido, simple y funciona como una distracción llevadera. 




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